Abundancia
El bambú es un aliado en pos de reconectar con la naturaleza, es decir, con nosotros mismos. Su fácil transformación y sus diferentes aplicaciones son una gran ventaja para el desarrollo de habilidades en las personas, haciendo posibles resultados que cuentan una historia y reflejan un sinfín de conceptos y valores, invitando al diálogo y a difundir los usos de este material.
Oportunidad sostenible
La caña de bambú crece naturalmente en Uruguay. De entre sus ventajas se destacan: beneficios medioambientales como recurso renovable de rápido crecimiento, alta captura de carbón, fácil establecimiento y plantación; características productivas como material de fácil manipulación, almacenamiento y transporte, y complemento a la madera; y propiedades físicas dada su resistencia a la tensión superior a la del acero.
Inspirar
Es importante despertar a la especie humana, es decir, a las personas y recordar la abundancia que fluye en nosotros – naturaleza que nos rodea y somos, mostrando el impacto que tiene el uso del bambú en nuestras vidas y en nuestro planeta vivo. Se proponen instancias de intercambio, talleres y recorridas, con el fin de experienciar la potencialidad de este valioso recurso y evidenciar posibles soluciones a problemas locales.
Aprender haciendo
Los talleres aportan conocimiento y desarrollo de mano de obra en “hacer” con nuestras propias manos, a través del uso de elementos cotidianos y sustentables. A través de la apropiación de las personas con el bambú, se habilitan espacios de intercambio para empoderarse y co-crear el mundo que soñamos. Están dirigidos a cualquier persona que sienta la inquietud de saber más sobre la caña de bambú y sus múltiples beneficios.
Múltiples beneficios
A nivel global el bambú se procesa como materia prima para infinidad de usos, incluyendo construcción, muebles, objetos, textiles, carbón, papel, y alcohol en base a sus ventajas comparativas con otros recursos. Esto permite el desarrollo de emprendimientos, productivos y/o sociales, generando fuentes de trabajo en diferentes puntos del país y la región, tanto para cultivadores como para procesadores, a través de proyectos participativos y regenerativos.